miércoles, 3 de marzo de 2010

Tlaltlitlotlácatl, la ciudad de los sueños

Por Rodrigo Alemany

Ciudad de los sueños, año 20037, los automóviles eléctricos avanzan al ras del suelo. Existen múltiples parques con árboles frondosos…Desde la altura de un avión con paneles solares, se observa Tlaltlitlotlácatl en todo su esplendor. Es verde, muy verde, como el Ajusco, La Magdalena Contreras y el Desierto de los Leones…En el Cerro de la Estrella crece un bosque de pinos, ahuehuetes y abedules. En avenida Tlalpan fueron construidos muros con vegetación para que los paseantes caminen y no vean pasar a los automóviles y no resientan el ruido que causan sus amortiguadores(como en Berlín)…Viva la Freiheit…Los paseantes llevan águilas, cuervos, tucanes, colibríes, petirrojos, cenzontles, zenates, patos y otras especies de aves en cautiverio. Algunos andan en bicicleta por el camino asignado, la línea blanca que separa a los paseantes de los bicicleteros…En las azoteas de los edificios existen múltiples invernaderos para el autosustento de los condóminos. En Tlaltlitlotlácatl ya no se construyen más edificios, las habitaciones sobran. En vez de construír edificios, colectivos de jóvenes y ciudadanos trabajan en terrenos asignados por el gobierno. En estos lugares se cultiva la tierra en forma orgánica, se producen lombrices, composte, mulch, hidroponia, granja e invernadero. Crece el maíz(choclo), la papa, el frijol, la calabaza y el trigo. En los terrenos también se siembran árboles frutales: duraznos, chabacanos(damascos), mangos, tamarindos y paltos. En la Magdalena Contreras crece la araucaria, dicen algunos doctos en la materia, oriunda de Chile…Recordemos que los muy pero muy antiguos se comunicaban por mar, por ejemplo los mayas y los mapuches, los diaguitas y los incas, los onas y los alacalufes, los vascuences y los filipinos…


Año 20037, Tlaltlitlotlácatl es eplendente, sus edificios reflejan el azul del cielo, un helicóptero impulsado por paneles solares, baja en una techumbre. El azul es puro, símbolo de fortaleza y dulce vista. La energía eólica aporta su sustento de luz a las comunidades que viven en paz. Lo cierto es que Tlaltlitlotlácatl es una gran comunidad de hombres y mujeres libres. Las antiguas chimeneas son museos que explican la idiotez de los hombres y mujeres que administraban y trabajaban en ellas. El cochambre de las usinas deja lugar a inmensas tuberías cubiertas de agua, vegetación, fango y renacuajos. También pululan los mosquitos-zancudos. Arriba los colibríes, los pájaros, los cuervos, las águilas, los buitres y los cóndores. En el Nevado de Toluca todavía se practica el alpinismo. Muchos caminantes dejan sus automóviles eléctricos en el basamento y suben a pie. Quieren contemplar la nieve de esa maravillosa montaña…En Tlaltlitloltácatl terminó cualquier tipo de guerra, sobre todo la del petróleo y las armas. La nueva industria eólica y de paneles solares acabó de tajo con la producción del petróleo en el año 20015…La crisis fue indescriptible…

En Tlaltlitlotlácatl muchos se transportan en caballo, en ponies y hasta en camellos. Recordemos, el aire es de un azul profundo como el mar, reflejo, espejo del mar. Las medusas blancas son gigantescas, salta un pez espada, en las profundidades se distingue un nerval. En Tlaltlitlotlácatl no se utilizan pasaportes, no existen ni fronteras ni muros…


Un amigo venusino me saluda desde su esfera de luz, desde su platillo de aluminio. Tiene una dentadura alargada, y varios tentáculos, con los que mueve palancas, aprieta botones y conduce la esfera. ¿O será una estrella?...Dentro de la locomoción una hembra venusina, con pantalones cortos, pelo negro, sirve una bebida espejeante. Mi amigo el venusino la toma de un trago y me muestra la taza vacía…El platillo de aluminio se levanta, inclina y caracolea…Se transforma en vía láctea…Pirripipi…Pirrrrr…


Otra Estación Orbital…Tlaltlitlotlácatl no tiene guerras de ninguna especie. Las armas fueron enterradas en el 20015, tras la crisis petrolera…Los niños nadan felices en picinas establecidas en los Parques públicos. En el Parque México hay una picina que alberga a miles de visitantes en lo que antiguamente era una cancha de football.


Los sueños son maravillosos, la montaña está alegre, vuelan las palomas. En Tepoztlan, en el observatorio astronómico se divisa otra esfera de luz. Una ha caído sobre el cerro del Tepozteco. Cáscara de huevo y cascajo. Huehuetl, Teponazlti, ocarina y conchas. Un caracol respira y suena. Aliento de copal. Los Tlahuicas viven en su mundo, hiperespacio y atracción gravitatoria. Un gaitero camina sobre el polvo cósmico. Un flautista viaja por generaciones enteras, tañe, y un colibrí lo saluda de frente…

Cuauhtemoc, vuelo razante, agua y pesca una serpiente. Los aguiluchos tienen hambre. Los osos llegan desde las faldas de la Magdalena Contreras, y visitan Tlaltlitlotlácatl. Uno no quiere atravesar la autopista de automóviles eléctricos. Es el año 2015. Los pozos petroleros están vaciós. Las antiguas empresas petroleras están por la reconversión de los energéticos. La industria eléctrica, la industria de paneles solares y de energía eólica tienen nuevos dividendos. La tala clandestina está desapareciendo, mediante un férreo control del Estado. La genta planta nuevos árboles y la meseta de Anáhuac, por segunda vez vuelve a ser la región más transparente

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