lunes, 25 de mayo de 2009

Cuaderno de Cárcel



Cuaderno de Cárcel
por: Rodrigo Alemany



a

es de noche
muchas lenguas implantes zafiros y topacios
enmudecen el frío es la palabra no dicha
el frío raya los huesos de la celda
que verás varada en el diario porvenir
la noche nubla la última palabra
el hilo del sueño se impregna en los corazones
el silencio de los prisioneros es un asiento
repetido la volcadura de una realidad
más vasta invitro el aguamiel cotidiano
en la celda que verás parirse diariamente
nada cambia
todo se mantiene
la música de una radio feroz metaliza
el frío en los corazones de topacio

el silencio es un crimen cometido
en un imaginario perdido casi olvidado
lo que no se nombra lo que no se describe
la libertad está inquieta en su muro
de cilicio la noche vuelve a reventar
el sueño de una caída en el paracaídas
quiero volver repetir las imágenes
de antaño inscritas en su muro
de piedra
como buen labrador abrir de par en par
todo lo bueno de una vida pasajera
el silencio de los prisioneros retorna
a su nido de enredaderas
la fragilidad del cuerpo levanta la noche
el día se sumerge la paz
rota no termina de abrirse paso

llega el día
la mañana es cálida milagrosamente
el humo del cigarro embota la testa
hace girar la cabeza hacia la cruz cardinal
se comparte el primer mareo
la voladura dura unos instantes
para volver al estado de somnolencia
el cuerpo fijo a los barrotes vuelve a su sedentaria espera
otro día en el encierro y en la espera
de un porvenir indefinido
la rosa mustia de los días del loto
la flor escrita ha quedado en el ojal
disecada como un ser antediluviano
los bellos rostros de los barrotes fríos
en la celda penitenciaria donde soñé
a la mujer desnuda mi compañera
mi flor en el ojal disecada al despertar
cada mañana parecida a otras
repetida abrirás de par en par la libertad
con un sueño mustio el humo del cigarro
inquieto vuelve a marcar la maremagnum
de la mañana y la alambrada
dos cuadros de una exposición indescifrable
lo silencioso de los prisioneros
el silencio de los prisioneros
lo turbio varado en la esquina derecha
de un anhelo izquierdo


b

la mañana de los viejos anhelos
donde un puente desvencijado comunica
con las calles que verán parir a un hombre
a un niño aindiadito
luego caminar y recorrer los pasillos
de una casa estrecha
volverse hombre en un soplo repentino
la mañana fría de invierno sepulturero
los barrotes fríos que alejan el puente
donde un río limpia la corteza plateada
volverse hombre en un soplo repentino
la acera de enfrente busca un nido
para estrechar su corazón furioso
en la piel de los prisioneros voraces
c

la saeta del pájaro
flor de cristal izada al viento
murmullo indeleble de hoja
y pámpano
de piano
y diente
viento fresco del aromo rojo
la sangre escarlata de la
flor de cristal cortada al viento
trazo germinal destello sideral
pluma del viaje alfombra etérea
espiral cuadrante y derivada
de una misma cosa

flor de cristal cortada
en su derivada a ras de viento
gota de sangre que a Perceval
clamara
lluvia escarlata y yema
en el porta objetos
universo celular de un microscopio
palabra hoja y vuelo de pájaro
y aquí estoy
estaré y estarás en este encierro
de Triana
sólo falta la música
oh la indeleble música de los pájaros
la inconmovible senectud de Chopin
y su enfermedad existencial
perenne Otoño
lujuria quemada
aceite y caucho en la piel
de indio castigado
la flor de los cristales
el corte perfecto para una libertad
de reja derribada
aquí y ahora en fuego de pájaros al viento


d

claro es el río de la cordillera
brumoso y sediento como el limo
de los mares del Sur
transparente una gota en espiral
que cae que moja que trasciende
el puerto de los trasatlánticos
y el aceite negro el oro radiante
que inhibe los corazones templados
y los vuelve malévolos asesinos
siderales
claro es el río y la hoja
y la música del manzanar cordillerano
la fruta silvestre
el páramo de olvidos pasajeros
la primera nota jovial entusiasta
y luminosa
la blanca montaña
la piedra inmemorial


e

de pronto
se despeña una roca
un basalto
y forma una pirámide
encima de la cerca eléctrica
encima del encierro que me aprisiona
como una mosca
yo salto la muralla de la fortaleza
y el viento juega con mis cabellos
crin de mamífero sediento de salto
y libertad
la del ojo y la filigrana

los sentidos no engañan
esta demencial figura del encierro
los latidos
la latencia
la altitud
la energía
el cuarzo
convergen en un salto abismal y libertario
atrás quedó el aburrimiento
el descanso de los lobos marinos
la numérica inercia de la aritmética
una cifra digital que enciende
un juguete giratorio

llevo en mi espalda las hojas de un sueño
el mar cubre mis huesos
con un plumaje de encendidos colibríes
para nacer basta la fuga
fuera de la ley y su mounstro poderoso
la montaña encantada con siniestros
túneles que jamás terminan
el edificio de largas galerías de neón
y alto parlante
fuera de la sirena el mar cubre mis huesos
y el viento esparce mis latidos


f

el río remueve los estímulos
pretéritos
sólo un muñeco de lana
se atrevería a aparecer
entre las corrientes
sólo una mueca televisiva
tendría el descaro de ensombrecer
las desveladas aguas
no; ni siquiera un murmullo
de abejas eléctricas
o un rumor de luciérnagas vegetales
el tronco y la nada
el brazo y la nada
el olvido de un mundo encerrado en una caja
(y las banderas rojas ahogadas
para siempre)
no; las mismas caras desfiguradas
el cielo estelado en un puntapié
dado al rostro del detenido
y la gota después la rama
después el mar
el reflejo de la sangre es un charco
de aceite en el olvido

el río imprime las pretéritas presencias
donde la nieve era blanca
y el petirrojo doblaba la frente
del viento


g

la noche quedó bajo el entierro
de las tumbas olvidadas
la niebla fue el canto de las cigarras
murmullo trémulo de silente mariposa
del pantano
y ese olor a quemarropa
y ese fétido recuerdo de cuerpos deslavados
cómo olvidar una historia tan terrible
Fukuyama es liliput en la selva
de neón y alto parlante

aunque el tiempo fluya en apariencia
con la velocidad de un obus cada vez
Más viejo
y el ser el canto la esperanza
y la aurora se diluyen en palabras
frágiles
la herida sangra
y el mar tiembla ante su aullido


h

estás ahí
sigues subiendo
el espiral es inmenso
el río platinado
la araña gigante
la cabellera del viento
queda tu ventisquero
queda tu precipicio de arena
queda tu desfiladero de orquídeas
gramíneas al viento
nuestra música estelar
es una noche distinta

Dionisios resbala de las fauces
atolondradas
la Primavera sin nieve
quema la costa prehistórica
trilobite caracola pólipos de piedra
cuna mapuche
tiempo mestizo
ribereña la barca del ojo nocturno
queda la compañía del zorzal adormecido
la palpitación y su aguja
de un murciélago conectado a las estrellas
queda la flauta zampoña y quena
toro de piedra
queda la ruta aymará
el puente de cáñamo
la Primavera sin nieve
nuevamente el viento

¿cómo saltar sin demolerse
cómo evitar la rueda de la tanqueta
Cómo cantar el himno de las banderas rojas?

la férula está rota
el muñeco se columpia gesticula
la mariposa es de cristal y se ensancha hasta la vulva

nace un niño de viento
cubierto con hoja de castaño
vuela esta piel
corre la zarza del pámpano
el oro de la ebriedad cordillerana

estás y no estás
sigues subiendo
te despides del cable
de un televisor en holocausto
para volver a las viejas ofrendas
las que no mitigan perdurables
repetitivas

si de América fuera el mar
y una canción de cuna
el rin del angelito

sigues subiendo
para nacer en piélago de piedra
para encontrar la ruta del ojo del jade
para batir la licuadora de una mezcolanza
exponencial

sigues subiendo
mírame de perfil hasta la oquedad
de mi tumba
una vasija para adormecerme
la parra en la cien
el Silbo de la montaña




i

agua salina
traslado
mira el brebaje nocturno
para encender el sol
tamai tai tupai
tamai tai tupai
oye la música irredenta
el follaje encendido
desértico
mira tu polvo vestal
afilada águila hasta tus orígenes
babosa espuma de cuarzo
mira la telaraña eléctrica
la telegrafía irradiando magnetismos
en medio del desierto
mira los trenes follando con palomas
el ojo abierto del zenote
abriéndose la yugular de su imagen
tamai tai tupai
tamai tai tupai
canto de alondras de fuego
ceniza en la piel
ventana circular de labios murmurantes
círculos de piedra

quemado el cielo ilumina una ventana
donde repica el mar y su bruma palpitante


j

volveremos a replicar
en las cumbres del olvido
la rebeldía semilla indeleble
se pasea a través de las turbinas
de los automóviles atómicos
es una polilla que corroe el óxido
una dentellada que destroza el sol
y nos apaga convirtiéndonos
en reflejos celulares de ampolletas eléctricas
la rebeldía desflora la tanqueta
y la convierte en lluvia de mariposas verdes

amor deja que la mejilla roze el pasamontañas
de un tiempo inmemorial lengua de venado
tupac amor el beso de un muro destruído
en las pocilgas de los gethos del XXI
amor amar el mar y su afluente
de rayas alvioladas
tupac amor incahuasi
en las cumbres del olvido
volveremos a replicar
la rueda desvencijada de la tanqueta
volveremos a retumbar en hálito de multitudes
inquietas
amor deja que la mejilla roze la lengua de venado


k

enjaulado
soy un mono trepidante
aleación de cobre
y carne descompuesta
el sueño utópico de los Argonautas
salto y gimo
clamo al rayo su ebriedad
de Dios psicótico
agito la reja en alarido

no me asustan las inyecciones
caída terminal en tres actos
para alcanzar la vida nueva

enrejado
siento la procacidad
voluble de los asesinatos
la palabra rastrera de los asesinos

informe
bebo el agua del Leteo
una pastilla respira
la plástica quietud de los enloquecidos

yo lo sé
afuera está el mar
y las velas se hinchan coronadas de viento
como una jarcha
muevo los pretéritos sublimes
el agua cubre las cruces de piedra
sangrante gimen los enterradores
los forjadores se queman con el oro
líquido
de las campanas
y llenan la noche de improperios

encerrado
quemo las hojas de los místicos
contando cada galería
de mi cerebro enfermo

brujo encadenado
levanto la hoja de los vientos
lejos del muro
queda la guarida de los duendes

yo lo sé
ellos están de fiesta
los escucho gimoteando
con sus fauces el hongo alúcinógeno
masticando la tierra y el pasto que serpentea
fractal
la pantalla de un tablero de ajedrez multicolor
hace girar sus cuadros
salta un tigre luminoso
luego la calma de los pasamontañas
en la búsqueda del nombre

ellos me verán pasar
hacia el círculo quemado
ocultando sus fusiles

bosque infinito
cárcel me arranca
enlutado paraíso

en lontananza los duendes seguirán de fiesta
hoy cumplo un año encadenado

terso Prometeo
terso Prometeo
la inyección suspende su alarido


l

agua estacional
frecuencia de ríos repetida
en el eco de una caracola informe
naciente bruma espuma del tiempo
en el espejo sal del tiempo en la pantalla
muere de nuevo agua estacional
punto de fraguas y fugas quemantes
hora del té hora de la hoja de tambores
la punta de la pluma en el iris que estalla
tu hecatombe

mira la playa desfilarse en helechos
construyendo un castillo para los pingüinos
el poder es la piel disecada de los pingüinos
el canto del último de los onas
hora del té
frágil
crece el arcoiris cuando rema la pareja
de los enamorados y los envuelve la corriente
muere de nuevo besa la gota de luna
esparce tu brisa acalorada
la pulsión de ciempiés incandescente
expulsa paroxismos líquidos
fértil aroma de grillos aplastados

quema la hoja la lluvia
el Verano se prende a la etiqueta
muere de nuevo
explora el mar de tu raíz informe

agua estacional
silente pantalla
agua roquedal

real es tu complacencia líquida
mira tu Primavera repetida en hojas de agua
estalla
círculos concéntricos
real es tu silencio madrepórico
a veces asusta tu silencio
abismal

muere de nuevo
hora del té

La Realidad tiene un recuerdo
De castaña vieja

allende el mar la nieve
Allende el mar la sangre…

agua estacional
frecuencia de ríos repetida


m

tierra ignota
poblada de palmeras
radiantes
pulsionales
tierra imbricada
en derroteros pretéritos
ausentes
australes
tierra lúbrica
que esconde la desnudez de la momia
salada
pastosa
tierra firme
de bloque octagonal
alado
silente
tierra subterránea
de tren follante
luminoso
retardado
tierra puntual
para devenir en línea
vectorial
derivante
tierra de hoja
delirante atávica
inquisitorial
ignota
pulsional
tierra de volcanes



n

invierno
saeta blanca
arco voltaico
y nuestra habitación encendida
mañana pletórica de brumosos cerrojos
velo camanchaca y este ocultar
la fisión amoral de las vivas mortajas
que no pierden un segundo para quemar
sus cerúleos miembros
para estallar en mordiscos y rasguños
de gatos prendados de vacío
blanco
muro de cal fría
elevada majestuosa montaña
de cal fría
invierno
brizna nuclear quema los párpados secos
lluvia nupcial acalora los cuerpos entumecidos

el pan horneado se amasa en horno de barro
la mantequilla se disuelve en la miga
[vaporosa

hora del té
el grito de los torturados aviva mi amor
hacia tu cuerpo putrefacto
la hielera conserva la memoria de la guillotina
mientras la cabeza rueda
y piensa durante 30 segundos
en el temor de tenerte con la habitación encendida

silencio de las caracolas
balance del iceberg donde juegan al frac
y al spleen los pingüinos sin cabeza
los tesoros sin cabeza

invierno
acalambrada estación de un pasajero entumecido
descarga
el cuello del carnero bebe la sangre
de nuestros labios

castaño sin flor
horrendo territorio fantasma

si lo que se desprende de un sueño pasajero
cierro los ojos para ser el Milodon
que derrite la estival trajinera del presente

invierno
polvo
nada

salto los charcos con mis botas de hule
trazo la rayuela de un tiempo soterrado
en la astronómica mitocondria de mi cerebro

blanco
diluvio de nuestros cuerpos entrelazados
en el cerrojo de un arco voltaico

quemadura del tiempo
majestuosa montaña

o

el estrado de las tersas ilusiones
se subleva y la conciencia departe
con miríadas de máscaras invisibles
ha llegado el Otoño la hojarasca
es el jugo bebido por las pasas humanas
que seca sedientos la lengua y el habla
convertida en murmullo de persianas cerradas
el levantamiento de un beso con pasamontañas
a la media luna en El cerro quemado
piedra sobre piedra molino de viento
molino de autumnal aurora
molino de banano seco al pie del cafetal
rojo maduro molino círculo de piedra
la noche de las tersas ilusiones
hojarasca y la quema de la huella en ristre
vuelta a la semilla
disecado
lleno de fuego y agua sempiterna
dormir en el armario
cubierto de hojarasca
disolver el tiempo en la conciencia
de un presente ingrávido
trashumante el baile de las tersas
ilusiones

iluminado quemarse la testa erguida de sueños
círculo de piedra
autumnal aurora

p

a un torturador

fuego rojo sobre los libros prohibidos
fuego senil de la ceniza que levanta los molinos
fuego en la comisaría cremados los caballos
[de la caballería
fuego circense de calle y labio con oro negro
[filtrado aromoso penetrante
fuego en los testículos subterráneos
donde El Príncipe levanta su mano
mortecina acalambra el nombre
de los compañeros brotando petirrojos
de la comisura sangrante blasfemada
fuego en la mano pasajera constante El Príncipe
irradia lápidas de camposantos escarlatas
fuego de la molotov que revienta en la vulva
[sedienta
de las calles apiñadas de prostitutas inclinadas
en los balaustres oxidados
fuego en los cigarros de la disolvencia
dejando la ceniza en la cuenca del héroe
[extraviado
fuego extasiado para fenecer como círculo concéntrico
llevándose el polvo a la hoja de la imperiosa
nada plañidera inexpugnable
fuego circular nemotécnico
la repetida persecución del nombre
rojo de los petirrojos que El Príncipe
revienta en su presidio
fuego para conocer la vestimenta de tu cuerpo
la carne que sostiene los colgajos
de un bofo movimiento de matrona enamorada
fuego en los edificios y en los dígitos de los
controles remotos que levanta la pantalla
de las muñecas en flor

El Príncipe estalla al encontrar el nombre
[de los compañeros
su risa láser apunta descarada
a una silueta de un gótico Castillo invisible
fuego de la madreselva
fuego del martín pescador
fuego del saraguato

fuego de piedra sobre piedra
fuego de montaña

El Príncipe llora la revelación del nombre